La cantante ha decidido tomar medidas drásticas para que todo salga perfecto en sus shows, y eso ha conllevado hacer firmar un contrato a sus bailarines que les prohíbe realizar cualquier actividad que les pueda distraer los días que hay espectáculo. Y por cualquier actividad también se entiende beber alcohol o mantener relaciones sexuales. "Cualquier persona que no esté de acuerdo con las reglas está fuera. Hay miles de bailarines dispuestos a hacer lo que sea para actuar junto a Britney" ha asegurado una fuente cercana a la cantante.
La residencia de Britney Spears empieza el próximo 24 de febrero en Planet Hollywood de Las Vegas y se alargará hasta el 2017.
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