Lady Gaga se
convirtió este domingo en una especie de SuperWoman acrobática y sideral para
su actuación en el showtime de la Super Bowl, uno de los escaparates más
importantes y codiciados por las estrellas del pop.
Después de
que el escenario del evento deportivo haya sido conquistado en ocasiones
anteriores por artistas de la talla de Madonna, Beyoncé, Coldplay o Rolling
Stones, el show exige cuotas de emoción y espectacularidad en grandes dosis,
algo que, en principio, no parece entrañar ningún problema para la neoyorkina.
Hubo fuego,
drones, brilli-brilli y saltos al vacío al ritmo de un medley de grandes éxitos
(y no precisamente los de su último álbum, más arriesgado. Por allí fueron
cayendo los archifamosos Poker face, Just Dance de 2008, o Telephone, de 2010)
En términos
generales, hubo grandes momentos aunque también echamos de menos un par de
cosas.
Aprovechó para anunciar gira mundial, así que, tenemos a
Lady Gaga para rato.
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